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Sismos

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Uno de sus objetivos fundamentales es el monitoreo sísmico permanente de la actividad de origen tectónico y volcánico del territorio nacional.

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Volcanes

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Los volcanes activos son observados a través de diversas tecnologías.

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La tecnología comprende un conjunto de teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. No es de sorprenderse que a diario aparezcan nuevas técnicas y revolucionarias teorías que permitan que la tecnología avance a pasos agigantados, facilitando procesos y resolviendo problemas dentro de diversas áreas del quehacer de la comunidad en general.


Desde su creación, el IG ha visto la necesidad de utilizar instrumentos que le permitan realizar una precisa vigilancia tanto en sísmica como en varios otros parámetros relacionados al vulcanismo.

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Fuente AFP / 6 de mayo de 2011

MÉXICO — Un insistente zumbido acompañado del mensaje "alerta sísmica" se escuchó este jueves en las radios de Ciudad de México 50 segundos antes de que se percibiera un temblor de 5,5 grados de magnitud, lo que permitió a cientos de personas buscar lugar seguro.

Esta alerta sísmica fue implementada hace más de 15 años en la capital mexicana, escenario de numerosos e intensos terremotos como el de septiembre de 1985 (de magnitud 8,1) que derrumbó 5.000 edificaciones y mató a más de 6.000 personas, según balances oficiales, o hasta 30.000 según organismos de socorro.

"Se basa en principios sismológicos muy sencillos. En la costa de Guerrero (sobre el Pacífico), la más cercana a la capital, se localizan 12 sensores que envían una señal cuando al menos tres registran un sismo superior a 5,5 grados", dijo a la AFP Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico de México.

Los expertos creen que la energía acumulada en esa falla sísmica puede originar un sismo superior a 7,5 que podría resultar devastador en la capital mexicana y su zona metropolitana, con más de 20 millones de habitantes.

La alarma se sustenta en una ley física poco compleja: las ondas electromagnéticas son más veloces que las producidas por el sismo y consiguen ganarle la carrera de 300 km que separan a la megaurbe de la costa, explica Valdez.

"Las ondas sísmicas superficiales llegan en 100 segundos. A los sensores les toma 50 segundos detectar el sismo y valorar si es superior a 5,5 grados, de ser así se activa el alerta en la capital y tenemos esos valiosos 50 segundos", dijo.

Esos 300 km de distancia son fundamentales. Un sistema similar no sería útil en países como Japón o Chile, cuyas ciudades están más cerca de los epicentros. En México sólo existe otra alarma del mismo tipo para la ciudad de Oaxaca.

Además su alto costo hace que sólo se pueda implementar en sismos originados en una zona muy precisa. Los movimientos que se producen en otros estados de la costa del Pacífico, no están cubiertos.

La alerta sísmica ha sonado al menos otras cinco veces, en su mayoría de noche. Pero este jueves el sismo ocurrió cuando ya oficinas y escuelas estaban activas mostrando su utilidad, permitiendo que cientos de personas evacuaran los pisos bajos de edificios o se resguardaran en lugares seguros.

"Tenemos saldo blanco por el sismo, sólo algunas crisis nerviosas en personas que estaban en edificios altos", informó Macarena Quiroz, de la oficina de prensa de Protección Civil de la capital.

Tomado de: http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jUWL-OikcKZx09kiyTcxI87qt7Gw?docId=CNG.dd9e6b3f06b311f2b07300eb4415262e.181

Invitamos a la comunidad al Seminario Internacional "Análisis del Evento del 16 de Abril del 2016 en base a la Experiencia de los Grandes Terremotos y Tsunamis en Ecuador y Japón", gracias al Proyecto entre la cooperación de Japón y Ecuador "Mejoramiento de la Capacidad de Monitoreo de Terremotos y Tsunamis para la Alerta Temprana de Tsunami", el cual se llevará a cabo el día Martes 16 de Agosto del 2016 en el Hemiciclo de la Escuela Politécnica Nacional de 14:30 a 17:00.

Para su conocimiento, revise la agenda del evento.

21 de abril de 2011

El personal del Instituto Geofísico expresa su más sensible nota de pesar a la familia del Señor Doctor Rodrigo Barreto, amigo y colaborador en muchas labores del IG.

Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional

Jueves 28 de julio de 2011

Josefina Pagani
LA NACION

Las cenizas emitidas por el volcán chileno Puyehue, que entró en erupción el 4 del mes pasado, no sólo ocasionó trastornos en el espacio aéreo durante los últimos dos días, sino que también trajo trastornos para la salud.

Ayer al mediodía se registró el pico más alto de concentración de partículas de cenizas en el aire en la ciudad de Buenos Aires, lo que obligó a las autoridades sanitarias del gobierno porteño a recomendar a aquellas personas que sufran enfermedades respiratorias, a niños y a ancianos "evitar hacer actividades al aire libre".

El reporte, difundido ayer por la Agencia de Protección Ambiental (APRA) del gobierno de la ciudad, que depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, especifica: "La persistencia de valores elevados convirtió las últimas 24 horas en la jornada más afectada por la contaminación por material particulado de los últimos meses, producto de las cenizas volcánicas".

Las mediciones surgen de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire, que controla diariamente esos parámetros en la zona urbana, a través de tres estaciones ubicadas en Parque Centenario, La Boca y en la avenida Córdoba, a la altura de Callao.

El informe detalla los altos valores de partículas de cenizas en función de las mediciones del indicador de polvo respirable, que deben ser inferiores a 10 micrones (PM10). Esta cifra no sólo es importante porque define la contaminación en el aire, sino también porque alerta sobre los recaudos que debe tomar la población.

Según los registros, ayer al mediodía, el PM10 arrojó un valor máximo de 417 microgramos/metro cúbico (el valor máximo registrado en una de las tres estaciones), contra un valor normal que no debe superar los 150 microgramos/metro cúbico.

Cuando se produce esa situación, se recomienda a todas aquellas personas con enfermedades respiratorias y a los niños y ancianos evitar hacer esfuerzos al aire libre.

Lo que alertó a las autoridades sanitarias fue la proximidad del PM10 registrado ayer con el valor de 424 microgramos/metro cúbico, que es el que determina que "toda la población debe limitar cualquier esfuerzo al aire libre, y las personas con enfermedades respiratorias, como asma, deben permanecer en sitios cerrados".

El martes ya se habían registrado otros altos valores de concentración, aunque menores a los de ayer: entre las 18 y las 20 de ese día el PM10 había llegado a los 204 microgramos/metro cúbico.

"La situación tuvo un pico preocupante, ya que estuvimos durante un par de horas en el penúltimo nivel de la escala de medición de contaminación del aire", explicó a LA NACION Javier Corcuera, presidente de la APRA.

Fuentes de ese organismo aseguraron que la Red de Monitoreo evalúa en forma continua la evolución de los niveles de particulado volcánico.

El último informe diario del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) chileno indicó que el proceso eruptivo del volcán Puyehue-cordón Caulle continúa con un nivel de alerta volcánica de una erupción menor, aunque estimó posible un incremento en la actividad.

Según ese servicio, la actividad sísmica registrada en las últimas 24 horas indica que la erupción continúa con baja intensidad, y destacó que los peligros volcánicos se reducen a caída de cenizas finas y lahares secundarios.

En tanto, Alberto Caselli, director del Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos de la UBA, dijo a LA NACION que, si bien la actividad sísmica está disminuyendo, es la propia fractura la que sigue emitiendo una columna de ceniza de unos 2000 metros, que ha afectado al territorio nacional. Sin embargo, por la dirección de los vientos, deslizó la posibilidad de que los vuelos en Buenos Aires hayan sido producto de la ceniza levantada del suelo y no de la pluma proveniente del Sur.

"Al haber salido lava viscosa, que va enfriando el conducto, éste tiende a cerrarse. Lo positivo es que no hay registros de aumento de presión en la cámara magmática, por lo que se estaría dando una última desgasificación, que igualmente puede durar unos cuantos días más", dijo.

Cabe recordar que apenas comenzado este fenómeno, hubo quienes calcularon que iba a durar unos pocos días. Hoy son más los que hablan de un hecho difícilmente predecible.

Hay, sí, un uso positivo de todo este problema y es la utilidad que se le puede dar a la ceniza volcánica. En la página web del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se informa que, según el secretario general de Villa La Angostura, Ariel Domínguez, ya se está negociando con cooperativas y empresarios para utilizar la arena volcánica en la construcción.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1392933-ayer-fue-record-la-acumulacion-de-cenizas

Ofrenda de alimentos en Cotocollao, donde se asentó la cultura del mismo nombre afectada por la erupción del Pululahua hace 2546 años. Foto: Tatiana Roa 

    La relación entre los volcanes y las sociedades humanas es antigua y difícil. Hace 2 546 años, una gran erupción del volcán Pululahua –según los investigadores Alexandra Alvarado y Marcelo Villalva- cubrió de cenizas los campos del norte del actual Quito e interrumpió el desarrollo de la cultura Cotocollao, cuyos  aproximadamente 2 000 habitantes se vieron obligados a migrar ante la imposibilidad de cultivar y alimentarse.

     Determinar qué capas de ceniza están relacionadas con las culturas asentadas en la Costa ecuatoriana como Valdivia, Chorrera, Jama-Coaque o Manteña y sobre todo cómo las erupciones volcánicas afectaron a estas culturas fueron los propósitos de la tesis “Distribución de las cenizas holocénicas tardías en la Costa del Ecuador”, con la que Silvia Vallejo, del Instituto Geofísico, acaba de graduarse como ingeniera geóloga.

     Teniendo en cuenta que a lo largo de la Costa ecuatoriana se han hallado cenizas volcánicas de erupciones ocurridas desde hace miles de años hasta nuestros días, la investigación de Vallejo se centró en determinar qué capas de ceniza tienen vinculación con los diferentes períodos culturales identificados. De esta manera se podría saber el efecto que una erupción tuvo sobre un determinado pueblo, en términos de migración o extinción por ejemplo.

     Para ello, la geóloga buscó volcanes que hubieran presentado erupciones históricas muy fuertes (grado 3 a 5 en el Índice de Explosividad Volcánica). Los escogidos fueron el Cuicocha, el Pululahua, el Guagua Pichincha, el Ninahuilca, el Cotopaxi y el Quilotoa, ya que habían tenido erupciones muy fuertes en los últimos 7 mil años, periodo que coincidió con el asentamiento de muchas culturas asentadas en las costas del actual Ecuador.

     El siguiente paso fue tomar 56 muestras de cenizas “distales” (es decir, llevadas por el viento lejos de los volcanes) en 21 lugares de la Costa, en una zona comprendida entre La Tola, en Esmeraldas, y Salango, en Manabí. Se trabajó en la línea costera, esteros, cortes de carretera y sitios arqueológicos, como Japotó en San Jacinto, Manabí. A estas muestras se sumaron otras 20 muestras “proximales” (muestras de ceniza cuyo origen y fecha ya han sido identificados) tomadas por los vulcanólogos Minard Hall y Patricia Mothes desde los años 90.

Silvia Vallejo recolectando una muestra de cenizas distales en Cabo Pasado, Manabí.

     A continuación, las cenizas fueron sometidas a un proceso de lavado, secado y tamizado a fin de ser analizadas al microscopio en el laboratorio. El análisis concluyó que las muestras recolectadas correspondían a las erupciones del Quilotoa, del año 1150 después de Cristo (D. C.); dos erupciones del Guagua Pichincha: una del año 850 D. C. y la otra del año 1600 A. C. (Antes de Cristo); una del Pululahua del año 535 A. C.; otra del Cuicocha del 1040 A. C.;  una del Ninahuilca, que aconteció en el año 320 A. C.; y finalmente dos del Cotopaxi: la primera ocurrida en el 5820 A.C. y la segunda en el 3990 A. C.

     En el sitio arqueológico Japotó, donde se asentó la cultura manteña entre el año 800 y el año 1532 de la era cristiana, el trabajo conjunto entre vulcanólogos y arqueólogos permitió determinar que la ceniza hallada en una de las tolas correspondía a la erupción del Quilotoa del año 1150. Silvia Vallejo tiene la hipótesis de que los manteños usaron la ceniza volcánica como elemento decorativo y constructivo en sus tolas, como una especie de enlucido para las paredes.

      Los efectos positivos y negativos que pudieron traer las erupciones volcánicas a las culturas precolombinas de la Costa ecuatoriana aún están por determinarse. Sin embargo, Vallejo considera que la utilidad de este trabajo para el presente está en recordar a la población, especialmente de la Costa, la cual muchas veces percibe a los volcanes como algo “lejano”, que así como éstos afectaron a las culturas ancestrales, también pueden afectar a las sociedades contemporáneas. La vulcanóloga recuerda que erupciones históricas del Cotopaxi arrojaron hasta 50 cm de ceniza sobre ciertas áreas de la Costa y que “ningún techo de una casa actual resistiría el peso generado por esta cantidad de ceniza”. Tal vez para dejarlo claro, el 28 de mayo de 2010 el volcán Tungurahua, en una erupción de tamaño moderado, arrojó, de acuerdo con información compilada por Jorge Bustillos del IG, 2’140 000 metros cúbicos de ceniza. Los vientos llevaron la pluma volcánica con dirección a Guayaquil y ocasionaron la cancelación de numerosos vuelos, la contaminación de fuentes de agua y molestias respiratorias a miles de personas en el Puerto Principal. Como para recordarnos que, pese al desarrollo tecnológico, la naturaleza tiene la última palabra y la historia puede aportarnos importantes claves para comprenderla. (GM)