Reseña del Área de Desarrollo del Instituto Geofísico

Histórico (542)

El 15 y 16 de agosto de 1868 las provincias de Carchi e Imbabura sufrieron uno de los más devastadores episodios en la historia del Ecuador. En el lapso de diez horas se registraron dos eventos sísmicos de gran magnitud que destruyeron casi la totalidad de las edificaciones cercanas a los epicentros y dejaron miles de víctimas mortales. Cerca de las 16h00 del 15 de agosto (diez horas antes del terremoto principal) en la zona de El Angel, provincia del Carchi, ocurrió un sismo de magnitud estimada 6,6 que generó docenas de víctimas, destrucción de viviendas e iglesias en las poblaciones de El Angel y Mira; este sismo fue sentido en toda la provincia de Carchi y se calcula una intensidad máxima de VII.

El evento principal del 16 de agosto fue cerca de las 4h00 en la madrugada, siendo el más destructivo de los sismos que ha ocurrido en la sierra norte del Ecuador, con magnitud probable de 7,2 e intensidad X. Con el terremoto se destruyeron totalmente las ciudades de Ibarra, Otavalo, Cotacachi, San Pablo, Atuntaqui y otras poblaciones vecinas. El saldo del terremoto fueron miles de muertos, destrucción total de viviendas e iglesias, grandes deslizamientos que afectaron carreteras y haciendas.

El terremoto también fue sentido en la ciudad de Quito, donde los daños y víctimas fueron en menor proporción. Los templos, conventos y establecimientos públicos fueron gravemente afectados, sin que se destruyeran completamente; así mismo se registra un número de diez personas muertas.

En base a las últimas investigaciones se ha determinado que el sismo del 15 de agosto fue generado en una de las fallas del Sistema El Angel; y el sismo del 16 de agosto fue generado en la falla Otavalo. Tomando en cuenta la relación temporal y de los parámetros sísmicos de dichos eventos se establece que el sismo del Carchi fue premonitor del de Imbabura.

LT/AOr

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

07:30 (tiempo local)

6 de mayo de 2011

En los últimos tres días la actividad superficial observada en el volcán Tungurahua ha mostrado una tendencia a disminuir en lo que respecta a la altura, frecuencia y contenido de ceniza de las columnas de emisión (ver fotografía) y en el numero de las explosiones.  Sin embargo, internamente el volcán continúa mostrando evidencias de mayor presión por el ascenso de un nuevo volumen de magma hacia los conductos superiores del sistema volcánico. Estas evidencias se relacionan con el incremento de la deformación registrada por los GPS e inclinómetros, la ocurrencia de sismos de fractura de rocas y la constante emisión de gases volcánicos como el dióxido de azufre SO2 que supera las 2000 ton por día.

Fotografía: Imagen que muestra una columna de emisión de gases y ceniza de menos de 500 metros de altura observada en la tarde del 5 de mayo de 2011

La disminución observada de las emisiones de ceniza no implica que el  actual evento eruptivo esté finalizando, por las  razones ya expuestas anteriormente. El Instituto Geofísico estima que aún se debe mantener una observación muy cuidadosa de los diferentes parámetros que se monitorean en el volcán ya que podrían volver a repetirse las emisiones abundantes de ceniza en el corto plazo. El incremento observado de la presión interna en el volcán podría también desembocar en un mayor caudal de emisión del magma en cuyo caso podría aumentar la explosividad del volcán y llegar a la generación de flujos piroclásticos grandes como los ocurridos en el año 2006, posibilidad que no ha sido descartada.

 

El Instituto Geofísico continuará informando de manera permanente en función de los cambios que se vayan produciendo en el volcán.

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

14:00 (tiempo local)

Página 1 de 68