Antecedentes
Tras la actividad eruptiva iniciada en el año 2002, la parte alta del cono activo fue destruida dando lugar a la formación de dos nuevas cumbres, la oriental (3440 msnm) y la occidental (3530 msnm) y además se formaron dos depresiones en los flancos Norte y Sur. Desde entonces el volcán ha estado caracterizado por tener actividad efusiva y explosiva, permitiendo la continua acumulación de material volcánico al interior del cráter dejado en el 2002. La dirección preferencial que han tenido los flujos de lava y los flujos piroclásticos ha sido principalmente hacia el norte y sur, y subsecuentemente hacia el nor-este, este, y sur-este. Desde el año 2012 la actividad eruptiva ha sido explosiva permitiendo una mayor generación y posterior acumulación de material piroclástico en la cumbre. Este efecto ha facilitado la generación de flujos piroclásticos de pequeño a mediano tamaño (<1.5 km de longitud). En el año 2017 se registró una corta pero intensa actividad explosiva y con ello depósitos de flujos piroclásticos hacia el flanco Este, llegando a una distancia de ~3.5 km desde el cráter. Estos flujos han sido hasta el momento los más largos desde los generados en el 2002 que recorrieron entre 8 y 9 km de distancia.
Observaciones de actividad reciente
Sobrevuelo del 26 de abril del 2018
Durante un sobrevuelo al volcán el 26 de abril del presente año, se identificó por primera vez la generación de un flujo de lava por el flanco Occidental. Se presume que este flujo habría empezado a emitirse desde 12 de abril, esto en base a observaciones aéreas visuales y térmicas. Dicho flujo estuvo activo al menos 38 días calendario y alcanzó una distancia máxima de 3.8 km desde el cráter, Fig 1. Durante ese sobrevuelo no fue posible observar la cumbre debido a que se encontró totalmente nublada.
Sobrevuelo 20 de junio del 2018
Durante el sobrevuelo del 20 de junio del 2018 se observó un escarpe localizado entre la cumbre y el flanco occidental del volcán. Mediante el análisis de imágenes térmicas y fotografías se pudo observar la existencia de tres ventos (Fig. 2, 3), los cuales tendrían actividad explosiva y al menos el vento más inferior, presenta actividad efusiva con la generación de un pequeño flujo de lava. Se presume que su formación se habría generado entre el 15 al 27 de abril del presente en base a las observaciones de imágenes satelitales (Sentinel 1), como se indica en la Figura 5. El posible colapso corresponde a lo que ya se había mencionado en el Informe Especial Volcán El Reventador N.- 2, 2017, en el cual se indicaba una zona de debilidad a nivel de la cumbre, que podría convertirse en una potencial fuente inestable capaz de generar eventos como el anteriormente mencionado.
Además, fue posible observar depósitos de flujos piroclásticos recientes y que posiblemente habrían sido generados desde el Vento 3. Además, se observó a la base de este vento la presencia de un pequeño flujo de lava que descendía hacia el flanco occidental.
Durante todo el sobrevuelo la actividad explosiva fue casi permanente desde el Vento 1. Estas explosiones generaban columnas de hasta 1.5 km snc con un contenido alto de ceniza.
Este escarpe es el más grande registrado desde el 2002 y tendría una diferencia de altura de ~ 150m entre el punto más alto y bajo, con un diámetro máximo ~ de 550m en dirección SE-WN (Fig. 4). En base al análisis de los diferentes tipos de datos instrumentales, a los depósitos observados en el campo y a la información satelital, se sugiere que probablemente, la actividad que generó el escarpe puede estar asociada a varios eventos, que no fueron de magnitud significativa y que se habría desarrollado entre el 15 y el 27 de abril de 2018.
Se considera que parte de esta continua actividad, se asocia con los episodios de caídas de ceniza registradas al occidente del volcán, especialmente las ocurridas el 27 de mayo (Informe Especial Volcán El Reventador N.- 2, 2018), 2 de julio de 2018 (Informe Especial Volcán El Reventador N.- 3, 2018) y 19 de julio de 2018 (Informe Especial Volcán El Reventador N.- 4, 2018).
Conclusiones
Es importante considerar que el volcán mantiene altos sus niveles de actividad interna y superficial.
Los registros térmicos observados desde abril del 2018 muestran permanentes zonas con anomalías termales; esto podría corresponder con zonas de mayor debilidad en el volcán, propensos a generar colapsos sectoriales y flujos piroclásticos asociados.
No se descarta la posibilidad de que un evento de magnitud menor o similar a los antes ocurridos pueda producirse en el volcán, generando flujos piroclásticos y caída de ceniza en las partes cercanas y lejanas. Este último fenómeno en particular dependerá principalmente de parámetros como la cantidad de material generado y la dirección del viento.
Finalmente, es importante mencionar que la actual actividad eruptiva combinada con las altas pendientes del cono volcánico puede generar avalanchas sectoriales de la parte superior del cono, como se considera ocurrió en junio de 2017 (Reporte de Trabajos del IGEPN en el volcán El Reventador, publicado en mayo/2018).
SV,FN,PR,MA,EG
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional