Reseña del Área de Desarrollo del Instituto Geofísico
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Sismos

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Uno de sus objetivos fundamentales es el monitoreo sísmico permanente de la actividad de origen tectónico y volcánico del territorio nacional.

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Volcanes

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Los volcanes activos son observados a través de diversas tecnologías.

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Instrumentos

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La tecnología comprende un conjunto de teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. No es de sorprenderse que a diario aparezcan nuevas técnicas y revolucionarias teorías que permitan que la tecnología avance a pasos agigantados, facilitando procesos y resolviendo problemas dentro de diversas áreas del quehacer de la comunidad en general.


Desde su creación, el IG ha visto la necesidad de utilizar instrumentos que le permitan realizar una precisa vigilancia tanto en sísmica como en varios otros parámetros relacionados al vulcanismo.

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Desde principios de 1877, el Cotopaxi había empezado nuevamente a presentar emisiones de ceniza y explosiones de tamaño pequeño a moderado. Para junio del mismo año, la actividad se había incrementado notablemente, tanto así que el día 26 se produjo una fase eruptiva de magnitud suficiente para formar flujos piroclásticos. Las descripciones de los hechos ocurridos en ese día, realizadas por Luis Sodiro (1877) y Teodoro Wolf (1878), hablan de “derrames de lavas” que se desbordaron desde el cráter del Cotopaxi. Sin embargo, el fenómeno que ambos autores describen no corresponde a una “colada de lava”, sino más bien a “flujos piroclásticos”. Este tipo de confusión de términos es común en las descripciones antiguas, pero toda duda se despeja cuando existen descripciones detalladas de los fenómenos ocurridos y de sus depósitos, lo que es el caso en las reseñas de Sodiro y Wolf. Textualmente Wolf  indicó que “la lava no se derramaba en una o algunas corrientes, sino igualmente en todo el perímetro del cráter, sobre el borde más bajo, así como sobre la cúspide más alta”. Wolf explica también que las lavas” fueron derramadas en un intervalo de tiempo de entre 15-30 minutos, y enfatiza que el fenómeno tuvo lugar de forma violenta, con una gran ebullición de las masas ígneas desde el cráter que rápidamente cubrieron todo el cono del Cotopaxi. Estas descripciones no dejan duda alguna de que los fenómenos ocurridos fueron flujos piroclásticos. 

Sin embargo, para ambos autores, los fenómenos más remarcables de los sucedidos el 26 de junio de 1877 fueron los lahares (flujos de lodo y escombros) que ocurrieron en los ríos Pita, Cutuchi y Tamboyacu, sobre todo por la gran destrucción que provocaron a todo lo largo de los tres drenajes. Ya en aquella época, ambos autores concluyeron que el origen de los lahares fue el súbito y extenso derretimiento que sufrió parte del glaciar del Cotopaxi al tomar contacto con los “derrames de lava” (flujos piroclásticos). 

Lo que vale resaltar es que, en la mayoría de los casos, los lahares fueron tan caudalosos que rebosaron fácilmente los cauces naturales de los ríos, provocando extensas inundaciones de lodo y destrucción en las zonas aledañas. Según Wolf, los lahares tuvieron velocidades tales que se tardaron algo más de media hora en llegar a Latacunga, poco menos de 1 hora en llegar el Valle de los Chillos, cerca de tres horas en llegar a la zona de Baños (Tungurahua) y cerca de 18 horas en llegar a la desembocadura del río Esmeraldas en el océano Pacífico. Asombrado, Sodiro escribió que los lahares fluían con gran ímpetu “sin que nada pudiese […] oponer algún dique a su curso destructor, ni siquiera presentarle la más mínima resistencia”. 

Finalmente, como en todas sus erupciones, el Cotopaxi también se produjo una importante lluvia de ceniza el 26 de junio de 1877. Este fenómeno ocurrió principalmente en las zonas que se encuentran al occidente y nor-occidente del volcán, debido a la dirección predominante de los vientos. Una de las poblaciones más afectadas por la lluvia de ceniza ese día fue Machachi, donde se depositó una capa de casi 2 cm de espesor. En Quito la acumulación llegó a los 6 mm, siendo menor en Latacunga y ausente al sur de Ambato (Sodiro, 1877). 

Más hacia el occidente, en las estribaciones de la Cordillera Occidental y en la Costa ecuatoriana, la caída de ceniza parece haber sido muy extensa y haber durado por varios días. Sodiro indica que conoció reportes de lluvias de ceniza ocurridas en las provincias de Manabí y Esmeraldas, mientras Wolf afirma que “en Guayaquil la lluvia de ceniza empezó el 26 de junio en el mañana y duró con breves interrupciones hasta el 1ero. de julio”. En todo caso, las acumulaciones de ceniza seguramente no superaron unos pocos milímetros de espesor sobre la zona costera del Ecuador. Sin embargo, vale recordar aquí que durante las erupciones del Guagua Pichincha en 1 999 y del Reventador en 2 002, las acumulaciones de ceniza en Quito no superaron los 3-4 mm de espesor, pero en ambos casos fueron suficientes para paralizar completamente la ciudad por varios días, provocando enormes pérdidas económicas. Lo mismo puede ser previsto para las zonas costeras del Ecuador en caso de ocurrir una gran erupción del Cotopaxi en el futuro. 

La erupción del 26 de junio de 1877 puede ser considerada como la “erupción típica” del Cotopaxi en cuanto tiene que ver con los fenómenos volcánicos ocurridos. Sin embargo, los estudios geológicos y volcanológicos del Cotopaxi indican claramente que este volcán es capaz de dar lugar a eventos de mucho mayor tamaño. Efectivamente, por ejemplo, en lugares como el Valle de los Chillos o Salcedo se puede apreciar que los lahares asociados a las erupciones de 1742 ó 1768 fueron de tamaño mayor a los de 1877. Asimismo, en los cortes de la carretera Panamericana, en el tramo entre El Boliche y Lasso, se puede observar que las caídas de ceniza y pómez de muchas erupciones pasadas tienen espesores muy superiores al de la caída de ceniza de 1877. El propio Sodiro ya se había dado cuenta de esto y escribió en su relato de 1877: “Qué diferencia entre ésta y las grandes erupciones antiguas, algunas de las cuales han producido uno, dos y aún más metros de espesor [de caída de piroclastos]! De la presente no ha de quedar ningún indicio en la estratificación terrestre”. Esta afirmación de Sodiro resultó certera solo en cuanto a la caída de ceniza, cuyo rastro es difícil de encontrar actualmente en lugares situados a más de 10 km del cráter; pero no lo es en cuanto a los depósitos de los lahares de 1877, los cuales pueden ser observados con cierta facilidad en diversos puntos a todo lo largo de los ríos Pita, Cutuchi y Tamboyacu. 

Luego de esta erupción, el Cotopaxi continuó con actividad moderada a leve por varios años. Los reportes escritos hablan principalmente de explosiones esporádicas y emisiones que provocaron algunas caídas leves de ceniza en diversos sectores del flanco occidental. Incluso, en un texto de mayo de 1914, se escribe que el Cotopaxi estaba “como de costumbre, con una columna de humo sobre el cráter”. El último reporte de actividad en el volcán corresponde a una posible explosión de pequeño tamaño ocurrida en febrero de 1942 (Egred, en prep.), si bien esta fecha no ha podido ser confirmada con toda certeza. 

Texto tomado: “Los peligros volcánicos asociados con el Cotopaxi”

20 de junio de 2013

Del 13 al 19 de junio se realizó en Ecuador el taller "El volcán es mi vecino" en poblaciones cercanas a los volcanes Tungurahua y Cuicocha, con el apoyo y colaboración de las autoridades y la comunidad de los cantones de Baños de Agua Santa, Pelileo, Cevallos y Cotacachi.

Este taller es una de las actividades relacionadas con una serie de investigación que se van a realizar en el proyecto de "Fortalecimiento de la Resiliencia en zonas volcánicas", STREVA por sus siglas en inglés. En el taller participaron un total de 27 investigadores de universidades de Inglaterra, centros de monitoreo volcánico de Colombia y del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN).

Entre las varias actividades realizadas en el taller fue la exposición de pinturas de los niños de áreas afectadas por el volcán Tungurahua en el salón de la ciudad de Baños de Agua Santa, mesas de trabajo con los integrantes de los Comité de Operaciones de emergencia (COE) de los GAD municipales de Baños de Agua Santa, Pelileo, Cevallos y Cotacachi e intercambio de experiencias con la comunidad de Cusúa y el grupo de vigías voluntarios del volcán Tungurahua  de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

 

El proyecto STREVA y el IGEPN extiende su agradecimiento a todos los que colaboraron de manera comprometida y desinteresada en cada una de las actividades del taller "El volcán es mi vecino" y aportaron de manera invaluable a que se cumpliera todos los objetivos planteados.

LT

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

12:30 (tiempo local)

Martes, 18 de junio de 2013

 

Entre el 11 y 14 de junio, personal del Instituto Geofísico y de la Universidad de Idaho (Boise) visitaron el volcán Reventador con el objetivo de realizar el mantenimiento de la estación sísmica permanente REVN (Reventador Norte) y de la estación sísmica portátil AZUE (Azuela), parte de la RENSIG y que están ubicadas en el sector norte de la caldera.  Adicionalmente y con la cooperación que se inicia con la mencionada universidad, se instalaron dos estaciones temporales: una compuesta de un sensor sísmico y sensor acústico y otra solamente con un sensor acústico. El propósito de estas estaciones es conformar una red temporal ubicada en forma casi radial al cono en la parte norte de la caldera para estudiar con detalle las ondas acústicas de las explosiones del volcán.  Los equipos temporales funcionarán por dos meses aproximadamente.

Durante el primer día de trabajo, las lluvias en el sector fueron leves y la región estuvo despejada, lo que permitió ver durante la noche, incandescencia asociada a las emisiones;  durante el día, se observaron columnas de emisiones de vapor de agua con poca ceniza con una altura 1 km como máximo. Los días subsiguientes las lluvias y neblina imposibilitaron realizar observaciones directas, sin embargo el sonido de las explosiones se mantuvo durante todo el tiempo con explosiones recurrentes cada 4 o 5 horas.

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Estación sísmica REVN, Foto: J. Córdova.

JA, MS
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
11:00 (tiempo local)

10 de junio de 2013

En la mañana de hoy, 10 de junio, se inaguró la exposición de pinturas del proyecto "El volcán es mi vecino". La exposición se mantendrá del lunes 10 de junio al 16 de junio en el Salón de la Ciudad del Gobierno Autónomo Dscentralizado del Municipio de Baños de Agua Santa (GADBAS).

La inaguración de la exposición fue realizada durante el momento cívico del GADBAS por parte del Señor Alcalde, Ingeniero José Luis Freire, con la presencia de niños, jóvenes de centros educativos de la ciudad y el personal que labora en el Municipio. El Señor Alcalde resaltó la importancia de transmitir las historias de los niños que viven en el lado occidental a todo el mundo.

La exposición de pinturas forma parte del compromiso social del proyecto de investigación para "El Fortalecimiento de la Resiliencia en zonas volcánicas" financiado por la Unión Europea y en el cual participan varios universidades e instituciones de investigación de Inglaterra, como son la Universidad de Oxford, Berkley, East Anglia y el Servicio Geológico Británico. El taller de investigación, transferencia de información y mesas de trabajo con autoridades y comunidad se llevará acabo en las ciudades de Baños de Agua Santa, Pelileo, Cevallos y Río Verde, del 12 al 17 de junio.

La exposición se encuentra conformada por 188 pinturas que fueron realizadas por los niños de las comunidades de Pillate, Cotaló, Chacauco, Bilbao, Cusúa y del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN). Las pinturas fueron obtenidas en seis talleres que se realizaron entre abril y mayo del presente año en las mencionadas comunidades, bajo la dirección del maestro Jorge Jaén, con apoyo de su equipo de trabajo, personal del IGEPN vinculado al proyecto STREVA y jóvenes voluntarios estudiantes de la Universidad Central del Ecuador y de la Escuela Politécnica Nacional.

LT

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional 

12:30 (tiempo local)

 

27 de mayo de 2013

 

En abril y mayo del presente año, la Red Sísmica Nacional del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (RENSIG) registró varios sismos que se localizaron al Sur y al Este de la ciudad de Riobamba, varios de los cuales fueron sentidos por la población.

Los sismos registrados en el mes de abril, fueron de magnitud pequeña, siendo el mayor el de 2.9 (MLv) que ocurrió el 13 de abril de 2013 a las 10:45 (tiempo local). Este evento se localizó al sur de la ciudad de Chambo (1.761° Sur, 78.604° Oeste) a 10 Km de profundidad, y sentido por la población. El análisis del sismo (mecanismo focal) sugiere que este evento se originó en un sistema de fallas que se ubica en el sector de la cuenca de Chambo, el cual no muestra fuertes expresiones topográficas que permitan identificar las fallas con claridad.

El día 17 de Mayo del 2013 a las 2:46 (tiempo local) se registró un evento sísmico de magnitud 4.0 (MLv), que fue sentido en las poblaciones de Riobamba, Guano, Ambato, Cusúa y Runtún. Este evento se localizó al Suroeste de la ciudad de Riobamba (1.746° Sur, 78.724° Oeste) y 5.0 km de profundidad. El mecanismo focal de este sismo muestra un movimiento transcurrente con componente inversa, por lo que el evento se asocia a un sistema de fallas identificado al suroeste de Riobamba, diferente al que generó el sismo sentido el 13 de Abril. 

El día 24 de mayo del 2013 a las 00h42 (tiempo local), se registró un sismo con magnitud 4.5 (Mw), que se localizó a 20 km al Sureste del volcán Tungurahua. El mecanismo focal del evento muestra un movimiento inverso con componente transcurrente. 

El 26 de mayo del 2013 a las 19h41 (tiempo local)  fue localizado otro sismo  con epicentro cerca al del 17 de mayo, es decir, localizado al Suroeste de Riobamba. Este sismo tuvo una magnitud de 3.1 (MLv) y por su ubicación y características, se estima que su origen está ligado al mismo sistema de fallas.

Epicentros de los principales sismos registrados en abril y mayo en la Sierra Centro del Ecuador. Fuente A. Alvarado- IGEPN

Es importante aclarar que bajo los estudios de los parámetros obtenidos de la sismicidad descrita, estos eventos están asociados a tres diferentes fuentes o tres diferentes fallas tectónicas que cruzan la zona, descartándose que estos eventos estén asociados a actividad volcánica de los centros eruptivos aledaños al sector.

Al momento, el nivel de conocimiento de la sismología no permite predecir la ocurrencia de sismos ya sea de pequeña o gran magnitud, por lo tanto, no estamos en capacidad de anticipar o descartar la ocurrencia de más eventos en la zona. Por esta razón, es necesario que las autoridades y comunidad en general siempre tenga el conocimiento de los fenómenos que podrían ocurrir en su entorno, pero sobretodo saber cómo actuar y qué hacer en caso de que sucedan.

AC/AA/MS/SV/MR/LT

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

18:30 (tiempo local)