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Uno de sus objetivos fundamentales es el monitoreo sísmico permanente de la actividad de origen tectónico y volcánico del territorio nacional.

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Los volcanes activos son observados a través de diversas tecnologías.

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La tecnología comprende un conjunto de teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. No es de sorprenderse que a diario aparezcan nuevas técnicas y revolucionarias teorías que permitan que la tecnología avance a pasos agigantados, facilitando procesos y resolviendo problemas dentro de diversas áreas del quehacer de la comunidad en general.


Desde su creación, el IG ha visto la necesidad de utilizar instrumentos que le permitan realizar una precisa vigilancia tanto en sísmica como en varios otros parámetros relacionados al vulcanismo.

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Desde el final de la Edad Media hasta casi acabado el siglo XIX, la Tierra pasó por un largo período de enfriamiento que los científicos denominan Pequeña Edad de Hielo, una época en la que pueblos alpinos quedaron arrasados por el avance imparable de los glaciares y los ciudadanos londinenses, aunque parezca increíble, podían patinar sobre el Támesis. El origen de esta abrupta y larga temporada de reducción de temperaturas ha sido siempre un misterio envuelto en especulaciones, pero ahora un equipo internacional, dirigido por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder en EE.UU., cree tener la respuesta al enigma. Este frío intenso fue causado, según publican esta semana en la revista Geophysical Research Letters, por unas gigantescas erupciones volcánicas en el trópico que iniciaron una cadena de efectos sobre el clima.

Según la nueva investigación, la Pequeña Edad de Hielo comenzó repentinamente entre los años 1275 y 1300 d.C. tras sucederse cuatro erupciones volcánicas masivas en el trópico, unos episodios que duraron unos cincuenta años. La persistencia de veranos fríos tras las erupciones se explica por la posterior expansión del hielo marino y un debilitamiento de las corrientes del Atlántico relacionadas, según las simulaciones computacionales realizadas para el estudio, que también analizó patrones de vegetación muerta y datos tomados del hielo y sedimentos.

Los científicos han teorizado que la Pequeña Edad de Hielo fue causada por la disminución de la radiación solar de verano, por volcanes en erupción que enfriaron el planeta al emitir sulfatos y otras partículas en aerosol que reflejaban la luz solar hacia el espacio, o por una combinación de las dos cosas. «Esta es la primera vez que alguien ha identificado claramente el inicio específico de los tiempos de frío que marcaron la Pequeña Edad de Hielo», dice Gifford Miller, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder y autor principal del estudio. «También hemos explicado cómo este período frío pudo mantenerse durante tanto tiempo. Si el sistema climático es golpeado una y otra vez por el frío durante un período relativamente corto -en este caso, por erupciones de origen volcánico- parece que hay un efecto de enfriamiento acumulativo»

«Nuestras simulaciones mostraron que las erupciones volcánicas pueden haber tenido un efecto de enfriamiento profundo», añade Bette Otto-Bliesner, científico del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) y coautor del estudio. «Las erupciones podrían haber provocado una reacción en cadena, afectando al hielo y a las corrientes oceánicas de una manera que disminuyó las temperaturas durante siglos».

Avance de los glaciares

Los científicos estiman que los comienzos de la Pequeña Edad de Hielo se produjeron del siglo XIII al XVI, pero hay poco consenso al respecto. Aunque las temperaturas de enfriamiento pudieron afectar a lugares tan lejanos como América del Sur y China, se hizo particularmente evidente en el norte de Europa. El avance de los glaciares de los valles de montaña destruyó pueblos alpinos y las pinturas de la época muestran a la gente patinando sobre hielo en el río Támesis en Londres y en los canales de los Países Bajos, lugares que estaban libres de hielo antes y después.

«La forma dominante en la que los científicos han definido la Pequeña Edad de Hielo es por la expansión de los glaciares en los Alpes y en Noruega», apunta Miller. «Pero el tiempo en que los glaciares europeos avanzaron lo suficiente como para demoler pueblos enteros sucedió mucho tiempo después del inicio del período de frío».

Miller y sus colegas fecharon con radiocarbono cerca de 150 muestras de material vegetal muerto con las raíces intactas, recogidas en la isla de Baffin, en el Ártico canadiense. Encontraron un gran número de muestras de entre 1275 y 1300, lo que indica que las plantas habían sido congeladas y envueltas por el hielo por un acontecimiento relativamente repentino. El equipo halló un segundo repunte de muestras de plantas congeladas sobre el año 1450, lo que indica un segund0 enfriamiento.

Capas de hielo más gruesas

Para ampliar el estudio, los investigadores analizaron muestras de sedimentos de lagos glaciares vinculados a la capa de hielo de 367 kilómetros cuadrados en el Langjökull, en la sierra central de Islandia, que llega a casi un kilómetro de altura. La capas anuales en los núcleos se volvieron repentinamente más gruesas a finales del siglo XIII y otra vez en el siglo XV debido al aumento de la erosión causada por la expansión de la capa de hielo que enfría el clima.

Los científicos emplearon un modelo que simula las condiciones del mar de 1150 a 1700 dC, lo que reveló la existencia de grandes erupciones que podrían haber enfriado el hemisferio norte lo suficiente como para desencadenar la expansión del hielo marino del Ártico.

Para los científicos, una de las cuestiones para reflexionar sobre la Pequeña Edad de Hielo es lo inusual que resulta el calentamiento actual de la Tierra. Una investigación previa realizada por Miller en 2008 en la isla Baffin indicaba que las temperaturas actuales son las más cálidas en los últimos 2.000 años.

 

Fuente: http://www.abc.es/20120131/ciencia/abci-enigma-pequena-edad-hielo-201201311208.html

TOKIO, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La Agencia Meteorológica de Japón ha anunciado que revisará las pautas que determinan la emisión de alertas de tsunami en el país tras un terremoto, según ha informado la cadena de televisión pública japonesa NHK.

   Tras el terremoto del 11 de marzo de 2011, que devastó el noreste del país, las alertas de emergencia emitidas por la agencia minusvaloraron la posible altura del tsunami, provocando que tanto la población como las autoridades no actuaran de manera adecuada ante el riesgo.

   Las nuevas pautas piden a la Agencia Meteorológica que simplifique la predicción de alturas de los tsunamis de los ocho niveles existentes a únicamente cinco. Los nuevos niveles serán para un metro, tres metros, cinco metros, diez metros y por encima de diez metros.

   En caso de que la magnitud del terremoto no sea conocida inmediatamente, las nuevas pautas establecen que se emita la máxima alerta sin una predicción numérica de la posible altura del tsunami. Dichas alertas describirán el posible tsunami como "gigante" o como "alto" y urgirán a la población a ponerse a cubierto o evacuar la zona.

   La Agencia Meteorológica pretende implementar estas nuevas pautas desde finales de 2012.

 

Fuente: http://www.europapress.es/sociedad/medio-ambiente-00647/noticia-japon-revisara-pautas-emision-alertas-tsunami-20120201084238.html

30 de enero de 2012

 

A las 10:36 (tiempo local) del 31 de enero de 1906 se produjo un sismo de magnitud (Mw) 8.8 con epicentro en el océano Pacífico y frente a la frontera Ecuador-Colombia. Este es uno de los sismos más grandes registrados en el mundo y tiene la misma magnitud del terremoto de Chile del 27 de febrero de 2010.

De acuerdo a la documentación de la época el sismo produjo los mayores daños en la provincia de Esmeraldas, en poblaciones como Esmeraldas, Río Verde, Limones, La Tola  y en la zona de Tumaco - Colombia. De acuerdo a las investigaciones llevadas acabo por Egred (sin publicar), el sismo no generó consecuencias catastróficas en las zonas mencionadas debido a que no existían en la época grandes centros urbanos; sin embargo los estragos se extendieron hasta las provincias norteñas de la Sierra del Ecuador. De acuerdo a la página de la NEIC-USGS (National Earthquake Information Center del Servicio Geológico de los Estados Unidos, http://earthquake.usgs.gov/) los daños por este sismo ocurrieron tan lejos como Cali - Colombia hasta Otavalo - Ecuador, siendo sentido hasta Maracaibo - Venezuela.

De acuerdo al artículo elaborado por Rudolph y Szirtes (publicado originalmente en 1911), en el cual realizan un compendio y evaluación de los efectos del terremoto del 31 de enero de 1906, se resalta que testigos de la época relatan que en la zona de Tumaco (Colombia) "Fue imposible mantenerse en pie sin apoyo". En un informe periodístico que incluye este trabajo se señala que "Todos fueron arrojados al suelo. Toda la isla estaba en movimiento y todas las casas se mecían de un lado a otro, como un barco en mar embravecida, de tal manera que uno tenía que temer que en cualquier momento podrían desplomarse y enterrarnos bajo sus escombros. El movimiento del terreno fue tan fuerte que hacía imposible moverse del sitio." De acuerdo a reportes adicionales del mismo artículo, el mismo sismo en Guayaquil hizo que las campanas de las iglesias estuvieran repicando por si solas por más de 80 segundos, y según las estimaciones de las personas ubicadas en o cerca a la zona de Tumaco y Esmeraldas, el terremoto tuvo una duración mayor a los 2 minutos.

El NEIC-USGS señala que la altura de las olas del tsunami producido por el sismo fue sobre los 5 metros en la zona de Tumaco y al parecer afectó las costas cercanas al epicentro a menos de treinta minutos de ocurrido el sismo. De acuerdo a los reportes de la época varias olas asociadas al tsunami afectaron la zona de Esmeraldas y horas después fueron percibidas en Bahía de Caráquez y Guayaquil. En la investigación realizada por Espinoza (1992) y publicada en el Acta Oceanográfica del Pacífico,  se señala que "las olas del tsunami fueron muy destructivas en las costas bajas y planas existentes desde Río Verde hacia el norte, donde todas las viviendas asentadas cerca de la playa o en la zona estuarina formada por los Ríos Santiago y Mataje fueron destruidas; alrededor de unas 1000 a 1500 personas murieron. En La Tola, más de 23 viviendas fueron destruidas. En Esmeraldas el río se salió de su cauce inundando las zonas bajas de la población"

Investigaciones posteriores señalan que el área de ruptura involucrada en este sismo fue de aproximadamente 500 km, es decir la zona de ruptura fue desde el Puerto de Manta en Ecuador hasta Buenaventura en Colombia (compilado por Segovia, 2001). Además, se registraron en el sistema de monitoreo sísmico del Observatorio Astronómico de Quito 4 sismos premonitores en nuestras costas. 

Este sismo es uno de los tantos que han ocurrido en la zona de subducción frente a Ecuador, y que resulta del choque de la placa Océanica de Nazca con la placa continental Sudamericana. El Ecuador forma parte del Anillo de Fuego del Pacífico, que es una de las zonas con mayor actividad sísmica en el planeta, y que en los últimos años ha experimentado por lo menos 3 sismos de magnitud grande (superior  a magnitud 8), como son el terremoto de Sumatra de 2004 de magnitud 9.1 (Mw), el terremoto de Chile de 2010 de magnitud 8.8 (Mw) y el terremoto de Japón de 2011 de magnitud 9.0 (Mw), los cuales se caracterizaron no sólo por generar tsunamis que afectaron importantes zonas del mundo, sino que lastimosamente generaron un importante número de víctimas, pérdidas materiales y secuelas que serán superadas al mediano o largo plazo, como es el caso de Fukushima. En este momento de la historia donde las comunicaciones juegan un papel importante en el desarrollo de las sociedades, es vital que países como el Ecuador mantenga viva sus memoria histórica sísmica para aprender de los errores, pero sobretodo generar desde lo personal hacia lo familiar y social una cultura de prevención. Todo esto con el gran objetivo de saber cómo enfrentar un evento sísmico, pero sobretodo cómo aumentar lo probabilidad de sobrevivencia de la persona y su familia ante la ocurrencia de un sismo y tsunami.

 

LT

17:30 (Tiempo local)

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional 

 

 

MADRID, 25 (EUROPA PRESS)

El portal de búsqueda de viajes www.skyscanner.es asegura que los desastres naturales tienen un efecto positivo sobre el turismo así, aunque inundaciones o terremotos tengan un efecto devastador sobre personas o bienes, el interés por conocer la zona afectada o el deseo de ayudar a la recuperación de la región incrementa el número de turistas interesados en visitar estos lugares.

Las inundaciones de Tailandia y los terremotos registrados en Japón y Nueva Zelanda en 2001 tuvieron efectos negativos en las regiones aunque, aparentemente, poco efecto a largo plazo sobre el turismo.

Así, según los datos de Skyscanner, Tailandia sufrió un devastador tsunami en diciembre de 2004, en el que murieron más de 5.000 personas, la mitad de ellas turistas. Este año, los visitantes aumentaron un 22%, después de haber tenido un crecimiento del 12,63% durante 2010.

Actualmente el número de visitantes a Tailandia es de unos 20 millones, aproximadamente dos veces más de los que tenía antes del tsunami, y las búsquedas de vuelos, según Skyscanner, no se han visto afectadas de forma importante.

Otro caso curioso es Islandia, donde la aerolínea Icelandair envió un comunicado de prensa durante los días de la erupción del volcán Grimsvotn en mayo de 2011 instando a los visitantes a llegar rápidamente a ver las cenizas antes de la operación de limpieza las hiciera desaparecer.

Eyjafjalla, que cerró los cielos de Europa en 2010, es hoy uno de los recorridos más populares de la isla y ha sido inaugurado un museo en el primer aniversario de la erupción en la que nadie murió.

Las búsquedas de vuelos a Japón en Skyscanner cayeron en marzo después del terremoto y el tsunami que mató a 18.000 personas, aunque  recuperaron a finales de año a un nivel superior a como estaban antes del desastre.

En Nueva Zelanda, el terremoto de febrero de 2011 golpeó duramente a Christchurch y causó 181 muertos. Canterbury estima que perdió al menos 308,8 millones de euros en el gasto que hubieran generado los visitantes internacionales y 900 puestos de trabajo tras el sismo, debido a la pérdida de alojamientos y del centro de convenciones.

Sin embargo, las búsquedas a nivel mundial a Nueva Zelanda han recuperado los niveles anteriores al terremoto en junio y continuaron subiendo hasta final de año, ayudadas por la copa del mundo de rugby celebrada en octubre.

Además, el lanzamiento de la película 'El Hobbit', prevista para finales del 2012, también contribuirá a que la industria del turismo se recupere, aunque la recuperación local puede llevar varios años.

"La aparición de imágenes de un determinado destino, aunque sea por motivos trágicos, ayuda a situarlo en el mapa y para unos, despierta el interés ya que confía que, una vez pasado el desastre no hay probabilidad de que otro vuelva a suceder y ello anima a visitarlo", afirmó Eliana Gómez, representante de Skyscanner para el mercado español.

Además, muchos turistas consideran su viaje como una muestra de solidaridad hacia un lugar que necesita más que nunca recuperarse. "A estos se les suma los que se mueven por la curiosidad de ver el desastre o donde sucedió", concluyó Gómez.

Tomado de: http://www.finanzas.com/noticias/economia/2012-01-25/643585_desastres-naturales-tienen-efecto-positivo.html

28 de enero de 2012

Por Peter Fairley

Los geofísicos están cada vez más de acuerdo en que la expansión de la producción de gas de esquisto es responsable de una serie de pequeños terremotos que han alterado algunas comunidades y llevado a las autoridades de Arkansas, Ohio, Oklahoma, en Estados Unidos, y también a las del Reino Unido a clausurar algunas operaciones de gas natural. La cuestión en la actualidad, señalan los expertos, es si las operaciones subterráneas causantes del problema deberían ser reducidas o supervisadas con un mayor control para minimizar futuros terremotos, y si los relativamente pequeños podrían tener el potencial de desencadenar otros verdaderamente destructivos.

Al menos un productor de gas de esquisto ya está hablando de cambios: Cuadrilla Resources, con sede en el Reino Unido, cuyo primer proyecto produjo terremotos el año pasado cerca de la localidad inglesa de Blackpool.

Las operaciones de gas de esquisto generan microsismicidad de dos maneras. Una es a través de la fractura hidráulica, o fracking, consistente en provocar explosiones subterráneas de agua, arena y productos químicos utilizados para liberar el gas natural atrapado en los depósitos de esquisto. El uso de la fractura hidráulica por parte de Cuadrilla causó un terremoto de 2,3 en la escala de Richter el pasado abril, según un análisis realizado por consultores geofísicos de la empresa.

Del mismo modo, una operación de fractura hidráulica mediante la que se inyectaron 2,4 millones de galones de líquido (unos 9 mil metros cúbicos) en un pozo de Oklahoma durante más de seis días el pasado enero es una causa probable de los 43 sismos producidos posteriormente, según el informe de un geólogo de este estado. Los sismos de 1,0 a 2,8 grados de magnitud se iniciaron al segundo día de la inyección, y la mayoría se focalizaron a 3,5 kilómetros del pozo. Estos pequeños temblores se sintieron en la superficie y provocaron molestias a los residentes cercanos, aunque no causaron daños estructurales.

Una segunda fuente de agitación causada por las operaciones de gas de esquisto es también común en muchas otras de petróleo y gas: la eliminación de aguas residuales en el subsuelo y las salmueras naturales que salen a la superficie con los hidrocarburos deseados. Una serie de pozos de eliminación por inyección profunda fueron probablemente los responsables de varios terremotos en Arkansas en 2010, así como de temblores más recientes alrededor de Youngstown, Ohio, que culminaron con una sacudida de magnitud 4,0 la pasada víspera de Año Nuevo. “No hay duda de que los terremotos de Youngstown están directamente asociados con el pozo de eliminación”, indica Arthur McGarr, geofísico y experto en sismicidad inducida en el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS).

Los pozos de eliminación y la fractura hidráulica generan terremotos que pueden sentirse en la superficie cuando las ondas de choque o los fluidos liberan tensión en una falla preexistente. Por ejemplo, un fluido a alta presión se puede introducir en una falla plana y separarla, permitiendo que las formaciones de roca adyacentes se deslicen una sobre otra.

Este tipo de deslizamiento inducido de fallas probablemente se dio en Youngstown, asegura Thomas Stewart, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Petróleo y Gas de Ohio. No obstante, Stewart explica que los sismos inducidos son eventos poco frecuentes puesto que los operadores de los pozos evitan deliberadamente la perforación cerca de fallas conocidas. Los otros 180 pozos de gas y aguas residuales de Ohio han provocado muy pocas quejas, señala y añade que las sacudidas de Youngstown solo provocaron daños al productor de gas local D&L Energy, cuyo pozo acabó siendo cerrado por los reguladores estatales. “Probablemente pierdan una inversión de 3 a 4 millones de dólares (2,3 a 3,1 millones de euros)”, indica Stewart.

Los consultores geomecánicos de Cuadrilla Resources también minimizan el riesgo de que sus operaciones pudieran inducir terremotos de magnitud superior a 3,0. Sin embargo, su informe, elaborado por investigadores de alto nivel de la consultora alemana geofísica Q-con y la consultora holandesa StrataGen Delft, recomienda que Cuadrilla inicie las operaciones de fractura hidráulica con una menor cantidad de líquido de la que se emplea en Blackpool. Además, solicita la instalación de sismómetros bajo tierra para identificar los problemas con antelación. Cuadrilla ha asegurado que planea poner en práctica las propuestas.

McGarr en USGS señala que un sistema de alerta temprana es una buena idea, y que además respeta el protocolo de evaluación del riesgo sísmico para operaciones de explosión de pozos utilizado por los productores de energía geotérmica. Es menos optimista, sin embargo, acerca de las estimaciones de la severidad máxima que pueden alcanzar los terremotos provocados por los pozos de inyección y el fracking, y cree que esta cuestión necesita más estudio científico. Esto significa que, por el momento, el riesgo de inducción antropogénica de terremotos que provoquen víctimas mortales no se puede descartar.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/01/28/terremotos-provocados-por-la-fractura-hidraulica-agitan-la-industria-del-gas-de-esquisto/